La mayoría de las Brujas de hoy, sin importar su camino o tradición, honran el cambio de las estaciones, también conocido como la Rueda del Año. La Rueda del Año se compone de ocho “radios”, cada uno de los cuales es una festividad que la mayoría de nosotros llamamos sabbat. Los sabbats incluyen los solsticios y equinoccios anuales de la Tierra, junto con los días que se encuentran entre ellos (más o menos unos días), que se llaman los días de los cuartos cruzados. No todas las Brujas llaman a estas fiestas por los mismos nombres, pero la mayoría de las Brujas las celebran o al menos las reconocen de alguna manera.
Las estaciones y la Rueda del Año
La energía del invierno es muy diferente de la del verano. En verano uno normalmente se ocupa del jardín y en agosto comienzas a disfrutar de los frutos del trabajo. En invierno, el jardín está domido, y la lluvia y el frío lo preparan para lo que sucederá en primavera. Hay un ciclo y un ritmo en el giro anual de la rueda, y es uno con el que muchas Brujas eligen conectar durante un ritual.
Las energías naturales de ciertas estaciones también pueden afectar a los hechizos. Los hechizos de verano son para las cosas (metafóricamente hablando) brillantes y relucientes que podemos querer o necesitar, como un coche nuevo (para nosotros). El otoño es para dejar ir a las personas y energías que ya no nos sirven. El invierno es para deshacernos de malos hábitos o rasgos indeseables. La primavera es renovación y nuevos retos. Conectar con la energía natural de las estaciones puede cambiarnos y cargar nuestra magia.
Los sabbats y la rueda del año
Aunque la Rueda del Año suena bastante complicada y llamativa, en realidad no es más que un término que designa un año natural. Durante ese periodo de tiempo, es posible ver cómo el mundo pasa de la vida (primavera/verano) al declive (otoño) y finalmente a la muerte (invierno), antes de volver a empezar el ciclo. Esto es probablemente más fácil de ver en los árboles, con su muda y rebrote anual de hojas, pero también se aplica a la mayoría de las plantas con flores. Además de la vida y la muerte, también existe el aumento y la disminución anual de la luz diurna durante un año natural.
A lo largo de la Rueda del Año, la mayoría de las brujas celebran ocho sabbats. Esos ocho días festivos incluyen los solsticios de invierno y verano, los equinoccios de primavera y otoño, y cuatro días de cuartos cruzados, que se producen aproximadamente en el punto medio entre cada solsticio y equinoccio. Aunque ocho sabbats son la forma más común de dividir la Rueda del Año, una bruja puede elegir celebrar tantos sabbats como desee. Si quieres más sabbats, adelante, y si quieres celebrar menos sabbats, también está bien.
En la actualidad, los sabbats mayores se conocen generalmente como Samhain (31 de octubre), Imbolc (2 de febrero), Beltane (1 de mayo) y Lammas o Lughnasadh (1 de agosto), aunque los nombres e incluso las fechas de los sabbats varían a veces de un grupo a otro. También vale la pena señalar que las fechas de los trimestres cruzados para los sabbats mayores a menudo varían. El 31 de octubre no está exactamente entre el Equinoccio de Otoño y el Solsticio de Invierno. Por esta razón, hay algunas Brujas que celebran los sabbats astrológicamente, es decir, en la fecha más cercana al punto medio real entre los solsticios y los equinoccios.
A principios de la década de 1970, la mayoría de los brujos se referían a los solsticios como Midsummer y Yule, y con razón. Yule es una festividad germánica muy antigua que se celebraba originalmente en el solsticio de invierno, mientras que los ritos del solsticio de verano pueden encontrarse en los registros históricos de toda Europa. En Inglaterra, el solsticio de verano se llamaba a menudo Midsummer, y esto tenía sentido para muchas brujas. Como no existen celebraciones antiguas de los equinoccios de primavera y otoño, esas fiestas se llamaban simplemente Equinoccio de Primavera y Equinoccio de Otoño. Hoy en día, los equinoccios se conocen más comúnmente como Mabon y Ostara.
