La cocina mágica es una práctica ritual que implica la preparación de alimentos de manera consciente para infundir intenciones mágicas en la comida.
Para esto, se seleccionan cuidadosamente ingredientes basándose en sus propiedades mágicas y simbolismo. Cada paso de este proceso, desde la elección de las hierbas hasta la manipulación de utensilios, se realiza con intenciones específicas, canalizando energías positivas, amor, prosperidad o cualquier otro propósito deseado.
La cocina mágica se considera una práctica mágica en donde la comida se convierte en un medio para manifestar objetivos espirituales y materiales. Con ella puedes celebrar la conexión entre la comida y la espiritualidad, integrando la magia en el acto cotidiano de preparar y disfrutar de la comida.
Para poder hacer esta práctica consciente debes estar plenamente presente en el momento. No puedes pensar en lo que ha sucedido antes ni en lo que hay que hacer a continuación, sino conceder a la tarea que estás llevando a cabo toda tu atención y permitir que se desarrolle sin forzarla. Estar en el momento te ayuda a apreciar tu hogar y transmitir esa sensación a tus seres queridos a través de la comida.
Quizá lo más difícil de la cocina mágica sea practicarlo una y otra vez, ya que en la práctica nuestras acciones ya son casi instintivas y uno comienza a repartir la atención entre distintas tareas -la cocina, la limpieza, la planeación de tareas, y más- pero debes resistirte a esto y centrar tu atención en la tarea que estás llevando en ese momento, de modo que puedas abrir una conexión espiritual.
La cocina mágica es fácil, sólo lleva a cabo algunas de las siguientes acciones:
Ser consciente de tu entorno. ¿Qué sonidos oyes? ¿Que hueles a tu alrededor? Prestar atención a tus cinco sentidos te ayuda a anclarte en el presente.
Se consciente de tu cuerpo. ¿Cómo te sientes físicamente? ¿Sientes algún dolor? ¿Cómo te sientes emocionalmente? ¿Hay algo que te moleste? No te juzgues en este momento por cómo te sientes, aceptate.
Imagina que es la primera vez que experimentas esto. Cada vez que cocines imagina que es la primera vez que puedes experimentarlo. Absorbe nuevamente los detalles con curiosidad.
Haz ejercicios de respiración. Respira hondo y manten el aliento unos momento y expira para volver a esperar hasta que tomes aire nuevamente. Esto ayudará a enraizarte.